jueves, 28 de marzo de 2013

DIOS BENDIGA TU VIDA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


EL PROFESOR Y LA PIZARRA.

Recuerdo perfectamente que una tarde en un seminario, uno de los oradores, empezó una sesión escribiendo en una pizarra unos números; eran simplemente unas sumas.
Escribió seis sumas y en dos de ellas había equivocaciones, las otras cuatro estaban bien. Al terminar las seis sumas pidió al auditorio que, por favor le hicieran comentarios de lo hecho. Todo el mundo se le echó encima diciendo:
atención a la suma No.3, le falta el signo de suma, y 4 mas 6 no son 8, sino 10; y llevamos 1; y en la No.5 pasa que 2+2 no son cinco.
El fue preguntando, ¿no hay nadie que tenga nada mas que decirme respecto al trabajo que he hecho?; nadie contesto y el, volviéndose al auditorio, dijo:
pensemos que desafortunadamente la relación nuestra ante una pizarra con seis sumas, cuatro de las cuales estaban bien y dos mal, es la que hemos tenido:
nos dedicamos a criticar y a chillar contra las dos sumas que no estaban bien, pero no felicitamos al autor por las cuatro que ha hecho bien. Igual acostumbramos a hacer en la vida. Este es realmente el trato que damos a nuestras relaciones humanas, con esposa, hijos, amigos y compañeros.
Sepamos decir una palabra de elogio, una palabra de agradecimiento por las cosas que están bien y que nos gustan, veremos que con ello estimularemos a
los demás a hacer las cosas mejor y al mismo tiempo nos sentiremos mas satisfechos de nosotros mismos al ser sensible a todo lo bueno y lo bello que nos rodea.
Al juzgar, tengamos en cuenta que debemos aportar luz y no calor, y que
"LAS FALTAS SON GRANDES CUANDO EL AMOR ES PEQUEÑO".
Para ser sensibles ante el prójimo hay que dedicarle tiempo.

Toma tu tiempo para:

- Pensar, pues es la fuente del poder.
- Jugar, pues es el secreto de la perpetua juventud.
- Leer, pues es la raíz del saber.
- Viajar, pues es de las experiencias mas excitantes.
- Orar, pues es el poder mas grande sobre la tierra.
- Querer y ser querido, pues es un privilegio divino.
- La amistad, pues es el camino para la felicidad.
- Reír, pues es la música del alma.
- Dar, pues es demasiado corto el día para ser egoísta.
- Trabajar, pues es el precio del éxito.
- La caridad, pues es la clave del cielo... y el cielo empieza aquí en la tierra o no empieza nunca.

Tu vida puede ser lo que tú quieras.
No te pongas límites.

UNA VEZ QUE JUZGAS, HAS DEJADO DE CRECER.

En una aldea había un anciano muy pobre, pero hasta los reyes envidiaban porque poseía un hermoso caballo blanco
Los reyes le ofrecieron cantidades fabulosas por el caballo pero el hombre decía: "Para mí, él no es un caballo, es una persona. ¿Y cómo se puede vender a una persona, a un amigo?". Era un hombre pobre pero nunca vendió su caballo.
Una mañana descubrió que el caballo ya no estaba en el establo. Todo el pueblo se reunió diciendo: "Viejo estúpido. Sabíamos que algún día le robarían su caballo. Hubiera sido mejor que lo vendieras. ¡Qué desgracia!".
No vayais tan lejos - dijo el viejo.
 "Simplemente decid que el caballo no estaba en el establo. Este es el hecho, todo lo demás es vuestro juicio. Si es una desgracia o una suerte, yo no lo sé, porque esto apenas es un fragmento. ¿Quién sabe lo que va a suceder mañana?".
La gente se rió del viejo. Ellos siempre habían sabido que estaba un poco loco. Pero después de 15 días, una noche el caballo regresó. No había sido robado, se había escapado. Y no solo eso sino que trajo consigo una docena de caballos salvajes.
De nuevo se reunió la gente diciendo: "Tenías razón, viejo. No fue una desgracia sino una verdadera suerte."
De nuevo estás yendo demasiado lejos - dijo el viejo.
 Decid solo que el caballo ha vuelto... ¿quien sabe si es una suerte o no? Es sólo un fragmento. Estáis leyendo apenas una palabra en una oración. ¿Cómo podéis juzgar el libro entero?".
Esta vez la gente no pudo decir mucho más, pero por dentro sabían que estaba equivocado. Habían llegado doce caballos hermosos.....
El viejo tenía un hijo que comenzó a entrenar a los caballos. Una semana más tarde se cayó de un caballo y se rompió las dos piernas. La gente volvió a reunirse y a juzgar: "De nuevo tuviste razón" – dijeron -. Era una desgracia. Tu único hijo ha perdido el uso de sus piernas y a tu edad el era tu único sostén. Ahora estás más pobre que nunca.
-"Estáis obsesionados con juzgar" - dijo el viejo." No vayáis tan lejos, sólo decid que mi hijo se ha roto las dos piernas. Nadie sabe si es una desgracia o una fortuna. La vida viene en fragmentos y nunca se nos da más que esto.
Sucedió que pocas semanas después el país entró en guerra y todos los jóvenes del pueblo eran llevados por la fuerza al ejército. Sólo se salvó el hijo del viejo porque estaba lisiado. El pueblo entero lloraba y se quejaba porque era una guerra perdida de antemano y sabían que la mayoría de los jóvenes no volverían.
-"Tenías razón viejo era una fortuna. Aunque tullido, tu hijo aún está contigo. Los nuestros se han ido para siempre".
"seguís juzgando"  dijo el viejo. Nadie sabe. Sólo decid que vuestros hijos han sido obligados a unirse al ejército y que mi hijo no ha sido obligado. Solo Dios sabe si es una desgracia o una suerte que así suceda".
No juzgues o jamas serás uno con el todo. Te quedarás obsesionado con fragmentos, sacarás conclusiones de pequeñas cosas. Una vez que juzgas..... has dejado de crecer!!!!!!!!!!

LA FLOR HERMOSA.

Mi madre siempre contaba una historia así:
Había una joven muy rica, que tenía de todo, un marido maravilloso, hijos perfectos, un empleo que le daba muchísimo bien, una familia unida.
Lo extraño es que ella no conseguía conciliar todo eso, el trabajo y los quehaceres le ocupaban todo el tiempo y su vida siempre estaba deficitaria en algún área.

Si el trabajo le consumía mucho tiempo, ella lo quitaba de los hijos, si surgían problemas, ella dejaba de lado al marido... Y así, las personas que ella amaba eran siempre dejadas para después.
Hasta que un día, su padre, un hombre muy sabio, le dio un regalo: Una flor carísima y rarísima, de la cual sólo había un ejemplar en todo el mundo. Y le dijo:

- Hija, esta flor te va a ayudar mucho, ¡mas de lo que te imaginas! Tan sólo tendrás que regarla y podarla de vez en cuando, y a veces conversar un poco con ella, y ella te dará a cambio ese perfume maravilloso y esas maravillosas flores.

La joven quedó muy emocionada, a fin de cuentas, la flor era de una belleza sin igual.

Pero el tiempo fue pasando, los problemas surgieron, el trabajo consumía todo su tiempo, y su vida, que continuaba confusa, no le permitía cuidar de la flor. Ella llegaba a casa, miraba la flor y las flores todavía estaban allá, no mostraban señal de flaqueza o muerte, apenas estaban allá, lindas, perfumadas.

Entonces ella pasaba de largo.

Hasta que un día, sin más ni menos, la flor murió. Ella llegó a casa ¡y se llevó un susto! Estaba completamente muerta, sus raíz estaba reseca, sus flores caídas y sus hojas amarillas.

La joven lloró mucho, y contó a su padre lo que había ocurrido. Su padre entonces respondió:

- Yo ya me imaginaba que eso ocurriría, y no te puedo dar otra flor, porque no existe otra flor igual a esa, ella era única, al igual que tus hijos, tu marido y tu familia. Todos son bendiciones que el Señor te dio, pero tú tienes que
aprender a regarlos, podarlos y darles atención, pues al igual que la flor, los sentimientos también mueren.

Te acostumbraste a ver la flor siempre allí, siempre florida, siempre perfumada, y te olvidaste de cuidarla.

¡Cuida a las personas que amas!

Acuérdate siempre de la flor, pues las Bendiciones del Señor son como ella...... él nos da, pero nosotros tenemos que cuidarla.

LA CARRETA VACIA

Caminaba con mi padre cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:
Además del cantar de los pajaros, ¿escuchas alguna cosa más?

Agudicé mis oidos y algunos segundos después le respondí: Estoy escuchando el ruido de una carreta.

Eso es dio mi padre.... Es una carreta vacía.

le pregunté: ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la vemos?

Entonces mi padre respondió: Es muy fácil saber cuando una carreta esta vacía... por causa del ruido. Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.

Me convertí en adulto y hasta hoy cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y que menosprecia a la gente, tengo la impresión de oir la voz de mi padre diciendo: "Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace"

La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas. Y recuerden que existen personas tan pobres que lo único que tienen es dinero.

Y nadie está más vacio que aquél que está lleno de egoísmos en su corazón y que solamente Dios en su inmenso amor puede llenarle de verdades divinas a traves de su palabra.

Lo que es un verdadero amigo.

"Mi amigo no ha regresado del campo de batalla, señor. Solicito permiso para ir a buscarlo" - dijo un soldado a su teniente.

- "Permiso denegado." - replico el oficial.

- "No quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente ha muerto".

El soldado haciendo caso omiso de la prohibicion, salio, y una hora mas tarde regreso mortalmente herido, transportando el cadaver de su amigo.

El oficial estaba furioso:

- "Ya le dije yo, que habia muerto!!! Digame, Merecia la pena ir alla para traer un cadaver?"

Y el soldado, moribundo, respondio:

- "Claro que si, señor! Cuando lo encontre, todavia estaba vivo y pudo decirme:

- Estaba seguro que vendrias!"

CUAL ES TU CUERDA?


Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar el Aconcagua inició su travesía, después de años de preparación, pero quería la gloria para el solo, por lo tanto subió sin compañeros. Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo decidido a llegar a la cima.
Obscureció, la noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada.
Todo era negro, cero visibilidad, no había luna y las estrellas eran cubiertas por las nubes. Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, se resbaló y se desplomó por los aires... caía a una velocidad vertiginosa, solo podía ver veloces manchas cada vez más oscuras que pasaban en la misma oscuridad y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad.
Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, pasaron por su mente todos sus gratos y no tan gratos momentos de la vida, pensaba que iba a morir, sin embargo, de repente sintió un tirón tan fuerte que casi lo parte en dos...

¡SI!, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura.
En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no le quedó más que gritar:

"AYUDAME DIOS MIO..."
De repente una voz grave y profunda de los cielos le contestó:
"¿QUE QUIERES QUE HAGA HIJO MIO?"
"Sálvame Dios mío"
"¿REALMENTE CREES QUE TE PUEDA SALVAR?"
"Por supuesto, Señor"
"ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE..."
Hubo un momento de silencio y quietud. El hombre se aferró más a la
cuerda y reflexionó...

Cuenta el equipo de rescate que al otro día encontraron colgado a un alpinista congelado, muerto, agarrado con fuerza, con las manos a una cuerda...
A TAN SOLO DOS METROS DEL SUELO...

¿Y tú? ¿Que tan confiado estas de tu cuerda? ¿Por qué no la sueltas?

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viernes, 22 de marzo de 2013

La Simplicidad Profunda e Irrefutable De Jesús

La Simplicidad Profunda e Irrefutable De Jesús: Hizo de la vida lo sagrado, y de todo hombre un altar en el cual Dios es servido en amor. Llamó al dinero de 'dios', pero lo utilizó como un mero medio. Pagó Impuestos; pero nunca cobró nada de nadie, excepto el amor al prójimo.