LA ENSEÑANZA DEL SALVADOR Y MAESTRO

JESUCRISTO, NUESTRO MAESTRO Y SALVADOR, NUESTRO HERMANO MAYOR, EN LAS ÚLTINAS RELACIONES CON SUS APÓSTOLES, DESDE EL CAPÍTULO 12 AL 17 DE JUAN, LOS DEDICA ENTERAMENTE A ENSEÑAR Y A DEMOSTRAR SU AMOR POR ELLOS; VEAMOS:
JUAN 12: DESPUÉS DE SER UNGIDO EN BETANIA PARA PREPARAR SU CUERPO PARA LA SEPULTURA, DEMOSTRÓ QUE POR CAUSA DE SU NOMBRE SUS AMIGOS SERÍAN ABORRECIDOS, Y ES ASÍ QUE LOS JUDÍOS, ADEMÁS DE QUERERLE MATAR, TAMBIÉN QUISIERON HACER LO MISMO CON LÁZARO A QUIEN ÉL RESUCITÓ. DESPUÉS ENTRA TRIUNFALMENTE COMO REY, MANSO Y HUMILDE, MONTADO EN UN POLLINO DE ASNA A JERUSALÉN, Y ES PROCLAMO Y ALABADO POR LOS NIÑOS QUIENES LE DIJERON: BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR. DESPUÉS DE ESTO, AL BUSCARLE UNOS GRIEGOS, SUPO QUE SU HORA HABÍA LLEGADO, Y SEGUIDAMENTE LE ANUNCIA SU MUERTE A LOS DISCÍPULOS. LUEGO ANTE LA INCREDULIDAD DE LOS JUDÍOS, LES AFIRMA QUE LAS PALABRAS DE ÉL, JUZGARÍAN A LOS HOMBRES. EN EL CAPÍTULO 13, DESPUÉS DE LA CENA PASCUAL, LAVA LOS PIES A SUS DISCÍPULOS, REAFIRMÁNDOLES QUE ESTABAN LIMPIOS AUNQUUE NO TODOS, Y QUE SOLO NECESITABAN LAVARSE LOS PIES, LAVÁNDOLE TAMBIÉN LOS DE JUDAS AUNQUE SABÍA QUE NO ESTABA LIMPIO, SINO PARA NO HACER ACEPCIÓN DE PERSONAS, AUNQUE SABÍA QUE ESTE ERA QUIEN LE ENTREGARÍA; SEGUIDAMENTE LES ANUNCIA LA TRAICION DE JUDAS, ENSEÑÁNDOLES EL AMAR A SUS ENEMIGOS, PORQUE JESÚS NO MOSTRÓ NINGÚN MAL HACIA JUDAS, SINO AMOR POR ÉL. POR ESO LES ENSEÑA SOBRE EL NUEVO MANDAMIENTO O AMOR LOS UNOS POR LOS OTROS, AÚN SABIENDO QUE FALLARÍAN EN ESTO, PORQUE SEGUIDAMENTE LES ANUNCIÓ LA NEGACIÓN DE PEDRO, SIN SENTIR POR ÉL NADA DISTINTO AL AMOR QUE LE TENÍA. EN EL CAPÍTULO 14 LS ENSEÑA QUE ÉL ES EL CAMINO AL PADRE Y QUE EL PADRE Y ÉL UNO ERAN, PARA QUE NO SE DEJARAN ENGAÑAR POR LAS DIVERSAS Y EXTRAÑAS DOCCTRINAS QUE SURGIRÍAN AL INTERPRETAR LO QUE ÉL LES HABÍA REVELADO: EL ES EL ÚNICO CAMINO QUE NOS LLEVA AL PADRE. SEGUIDAMENTE LES HABLA DE LA PROMESA DEL ESPÍRITU SANTO, LA PALABRA DE DIOS QUE SERÍA DERRAMADA SOBRE ELLOS PARA QUE FUERAN TESTIGOS DE ÉL POR TODAS PARTES, Y PARA QUE NO HUBIESE OCASIÓN O LUGAR A SER ENGAÑADOS POR LAS FALSAS DOCTRINAS, PUES EL ES EL VERBO, EL ESPÍRITU DE DIOS, CRISTO, QUE ESTABA CON EL PADRE DESDE EL PRINCIPIO; ESTO LO REAFIRMA EN EL CAPÍTULO 15, HABLÁNDOLES QUE EL ERA LA VID VERDADERA Y SU PADRE EL LABRADOR, Y QUE NOSOTROS SOMOS LOS PÁMPANOS QUE DARÍAMOS MUCHOS FRUTOS, Y QUE SEPARADOS DE ÉL, NADA PODEMOS HACER. POR ESO LES DICE QUE EL MUNDO LOS ABORRECERÁ (PUES NO ABORRECE A LOS QUE LE QUITAN Y AGREGAN A ESTO, PUES LA PRUEBA ESTÁ QUE LA GRAN RAMERA, DOCTRINA QUE HACE A JESUCRISTO DIOS Y AGREGA UNA TERCERA PERSONA, NO ES ABORRECIDA NI PERSEGUIDA, COMO SI LO SON Y FUERON LOS QUE SIGUEN LA DOCTRINA DE CRISTO: LA DEL PADRE Y EL HIJO. DESPUÉS LES HABLA EN EL CAPÍTULO 16, DE LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO, LA PALABRA DERRAMADA QUE SERÍA ESCRITA Y QUE NOS GUIARÍA A TODA LA VERDAD, Y QUE ES LA ÚNICA QUE NOS CONVENCE DE PECADO DE JUSTICIA Y DE JUICIO. EN EL CAPÍTULO 17 SELLA SU LABOR ORANDO POR SUS DISCÍPULOS, Y ENFATIZANDO SOBRE LA DOCTRINA DE CRISTO, DESCRIBE QUE ES LA VIDA ETERNA, Y LE PIDE AL PADRE QUE LOS GUARDE COMO ÉL LOS GUARDÓ ¿CÓMO LOS GUARDARÁ EL PADRE? EN SU ESPÍRITU, EN SU PALABRA QUE SERÍA DERRAMADA EN PENTECOSTÉS Y QUE LES DARÍA PODER PARA TESTIFICAR DE JESUCRISTO: JUAN 17: Jesús ora por sus discípulos
Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti (COMUNIÓN ENTRE EL PADRE Y EL HIJO); como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste (AL HIJO). Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese (PREEXISTENCIA DE CRISTO, EL VERBO CON DIOS, EL HIJO CON EL PADRE). He manifestado tu nombre (JESÚS, PUES ÉL VINO EN EL NOMBRE DE SU PADRE) a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste (DIOS NO SE DIO A SI MISMO A LOS DISCÍPULOS; SE LOS DIO AL HIJO), y han guardado tu palabra (LA QUE JESÚS LES DIO ESTANDO PRESENTE Y LES ENVIARÍA DESPUÉS DE SU IDA). Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado (A MI, A TU HIJO), proceden de ti (DEL PADRE); porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste (NO RECIBIERON OTRA TERCERA MANIFESTACIÓN DEL PADRE, SINO SU PALABRA). Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre (EN EL NOMBRE DE JESÚS), para que sean uno, así como nosotros (POR LA PALABRA, POR EL ESPÍRITU). Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese. Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos. INSISTE EN QUE: Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad (TU ESPÍRITU ES VERDAD). Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad (EN EL ESPÍRITU, EN LA PALBRA). Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos (ELLOS NO NOS DIERON OTRA COSA DISTINTA A LA QUE DE ÉL RECIBIERON, SINO LA PALABRA QUE ÉL LES DIO, Y NO LA TERCERA PERSONA DE LA SUPUESTA TRINIDAD), LA PALABRA GARANTIZA LA UNIDAD, LA MISMA UNIDAD QUE ES EN EL ESPÍRITU): para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste.
Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos!!!!!!!!